La gente hablará... como siempre.
La última clase de etnografía virtual fue realmente interesante, ya que, surgieron varios temas de debate en los que de cierta forma todos los que estábamos en el aula pudimos identificarnos. Como siempre, se comenzó por leer las bitácoras. Yo no tenía la mía, por lo que no me ofrecí, sin embargo, escuché atentamente a las de mis compañeros. Pero honestamente, si ahora mismo intentara recordar qué se leyó de ellas, no sabría decirles bien.
Posteriormente, comenzó la clase como tal. EL profesor nos mostró un video de cómo sería el trabajo final de la materia. Tendríamos que buscar un caso viral y analizarlo. El ejemplo que nos enseñó se trataba sobre "Epa Colombia". Una mujer que se hizo famosa por, en mi opinión, ser absurdamente vulgar.
Durante el video mostraban a Martin Caparroso, quien criticaba lo viral. El autor decía que hace algunos años ser algo viral era horrible, puesto a que, se consideraba al virus como algo maligno y despreciable. Y que, en la actualidad, las marcas buscaban ser viral y estar en todos lados de alguna forma. Y es totalmente cierto. Muchas personas ahora se someten a hacer ridiculeces y verse estúpidos frente a una cámara solo por el beneficio de ser viral. No solo es algo de marcas, cada persona en el mundo digital se ha convertido en su propia marca y desea generar algún contenido viral. Algunos que lo desean más, se someten a humillación con tal de lograrlo. “Si ese es el precio de la fama...” dirían muchos.
Sin embargo, no solo hablamos de cómo la sociedad moderna busca constantemente llamar la atención en cantidades masivas por las redes sociales, sino que también se habló del impacto que estas tienen y cómo generan una reputación digital.
La reputación digital es básicamente aquello que obtienes del resto de la comunidad digital en base a tu contenido. Me refiero a que, es la reacción que hay y el positivismo o negativismo que recibió. Pues, todos sabemos qué es reputación, y en cierta cantidad nos preocupa cómo nos ven las personas. La reputación la cultivamos, y con las redes sociales, es a veces mucho más fácil hacerlo ya que muestran exactamente lo que tú quieres mostrar. Por esto, el profesor nos pidió que para el proyecto final utilizáramos softwares como Atlas.ti que nos permitirán realizar una nube de palabras basada en los comentarios del contenido viral de nuestra elección. De esta forma, podremos evaluar exactamente cuál fue la reacción del público digital.
Luego, el tema de la clase no cambió mucho. La exposición que tocaba presentar era precisamente de la reputación digital. Y, como ya la definimos, resaltaré las cosas que más me llamaron la atención de lo que mi compañera expuso del libro “La gente hablará".
Lo primero que me llamó la atención fue el panóptico y la teoría de la mente. Para comenzar, tuve que buscar exactamente qué era un panóptico para entender mejor el concepto que fue dado en la clase. Y pues, como muchos sabrán, o no, es una forma de estructura arquitectónica diseñada para las cárceles o prisiones. Y básicamente, es un diseño circular basado en un eje central en donde los reclusos pueden ser observados por el exterior.
Claro que, en este caso la cosa era diferente. Se trataba de que las personas trabajaban mejor si eran vigilados. Esto es algo que me habían mencionado en clases como comunicación organizacional o corporativa antes pero que nunca había visto como un aspecto general en nuestras vidas. Y es que, claramente, este panóptico no es solo en una cárcel o quizás bajo la supervisión de unos investigadores en una empresa. Si no que es algo globalizado y que se presenta mucho en las redes sociales.
La verdad es que estamos en constante vigilancia y, por lo tanto, intentamos no solo ser la mejor versión de nosotros ante los demás si no también demostrarla y venderla a los espectadores por las redes sociales. En la presentación se decía que todos somos prisioneros y guardias de esta cárcel, y es completamente cierto.
En unas de las teorías que hemos visto en la clase de opinión pública, se habla de que los seres humanos están siempre en observación para decidir qué opinión es más beneficiosa. Y que, por ende, las personas tienen un gran miedo al aislamiento. Lo que los impulsa en la mayoría de los casos a caer en la presión social.
Al final de la exposición el profesor nos comentaba que cuando se producían esos casos de aislamiento la sociedad llegaba a deshumanizarse y se olvidaban que del otro lado del aparato móvil o computador había una persona que estaba recibiendo todas las críticas, todas las ofensas y todo el desprecio de una sociedad.
Esto trajo muchas conversaciones a la clase. Muchos dijeron que por ejemplo en el caso de Lady Popo ella estaba disfrutando de su fama a pesar de ser una mala reputación. Otros dijeron que en realidad el bullying por las redes sociales es mucho peor porque la gente en ellas se puede disfrazar y poner máscaras que le dan algún tipo de falso anonimato. Yo soy de las que considero lo segundo. Muchas veces las personas tienden a criticar y juzgar muy rápido por las redes sociales, a veces sin de verdad conocer la historia completa o simplemente sin saber quien es la persona o por qué circunstancias está pasando.
De cierta forma, el Internet ha permitido no solo el distanciamiento del ser humano de los temas que de verdad los conciernen por las burbujas mediáticas que se generan; sino que también nos ha convertido a nosotros mismos en números binarios. ¿A qué me refiero con esto? Cada día más, somos más lo que publicamos, más lo que mostramos por las redes y menos quienes realmente somos. Y, un simple clic puede realmente afectar toda nuestra vida real.
Y es por esto que el profesor decidió terminar la clase con un video de Monica Lewinsky. Esta mujer es súper famosa por tener un romance con el ex-presidente de los Estados Unidos de America, Bill Clinton. En el video ella comentaba como su vida se desmoronó en un par de minutos cuando los audios de conversaciones por teléfonos con el fueron revelados ante el mundo. Y, por supuesto que como ella era la amante un mundo machista le cayó encima y la trató como si fuera una... cuando en verdad, era una mujer que se equivocó pero que simplemente era humana.
Son casos que se ven todos los días. Un pequeño error en las redes sociales y tienes al mundo entero sacando lo peor de si mismo y sirviendo como un órgano de control. Las personas establecen normas dentro de la sociedad y, con las redes sociales, ellos mismos logran imponerlas marginando lo que no les parece correcto.
Creo que es importante tener un balance. No se puede permitir la ofensa de las personas solamente con la excusa de que existe una "gran libertad de expresión". Pero tampoco se puede recurrir a la misma herramienta ofensiva para "castigar" al sujeto y marginarlo por lo que se dijo ¿No sería eso ser exactamente como él? Se debe tener mucha responsabilidad con todo lo que se publica y también con lo que se reprocha, de esta forma, se podría tener una estabilidad.
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